"-¿Qué
haces ahí tirada?
-¿No
lo ves?, lloro...
-¿Qué
ha pasado?¿Qué te ha hecho esta vez?
-No
ha sido él, es mi corazón.
-¿Tu
corazón?
-¡Sí!...
Es imbécil: se ilusiona con una mirada, insiste en amar a la persona equivocada,
y al final, acaba rompiéndose, y yo frustrándome, intentando pegar los
trocitos...(sabes que nunca se me dieron bien los puzzles).
-No
te enfades con tu corazón, no es su culpa, sino tuya.
Fuiste
tú quien le enseñó a ilusionarse con palabras bonitas... Fuiste tú quien no le
enseñó a detectar mentiras..."
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